lunes, 10 de junio de 2013

CURSO DE VERANO "LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL: LECTURAS PARA LA INTEGRACIÓN" (10-12 julio 2013)



La literatura infantil y juvenil ocupa un espacio central en la formación del individuo a lo largo de todas las etapas educativas: Educación Infantil, Primaria y Secundaria. Además es una herramienta fundamental para la integración en la sociedad ya que trata desde una perspectiva adecuada las distintas temáticas. Coeducación, Igualdad, Identidad, inmigración, integración de colectivos LGTB y tradición cultural son los temas centrales sobre los que versarán las distintas conferencias. A través del álbum ilustrado, el tebeo, la poesía o la narrativa, encontraremos ejemplos que propicien la integración.

Fecha: Del 10 al 12 de julio de 2013
Lugar: Campus de la Universidad de Alicante 

Coordinación: Ramón F. Llorens García, José Rovira Collado, Universidad de Alicante 

Créditos: 2
Horas: 20
Precio:
o Estudiantes, desempleados: 70 €
o General: 90 €
Lengua vehicular: castellano

Programa
Miércoles 10 de julio
9:00-10:00 Inauguración: Ramón F. Llorens y José Rovira 
10:00-11:00 La integración en los álbumes ilustrados Ramón F. Llorens, Universidad de Alicante y Pilar Pomares, C.P. Mora Puchol, Alicante 
11:00-13:00 El álbum ilustrado en la formación receptora: Claves para integración social José Manuel De Amo Sánchez-Fortún, TU Universidad de Almería 
13:00-14:00 Mesa redonda: Nuevos lectores para la integración Jaime Mas Ferrer, Pilar Pomares, Ramón F. Llorens y José Manuel De Amo 
16:00-19:00 Taller Expresión oral orientada a la inclusión Amando López Valero, CU Universidad de Murcia.

Jueves 11 de julio
9:00-10:00 "El cómic como elemento de integración" José Rovira, Universidad de Alicante.
10:00-11:00 El papel de la mujer en la LIJ María Molina, Universidad de Alicante. 
11:00-13:00 La lectura en la integración de niños en situaciones de riesgo. Educar actitudes igualitarias desde la lectura Santiago Yuberro, CEU Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM)
13:00-14:00 Mesa Redonda Didáctica de la Literatura e Integración Santiago Yubero, María Molina, Guillermo Soler, Antonio Díez (Universidad de Alicante) y Antonio Mula (Universidad de Alicante).
16:00-19:00 Taller canciones y libros que saltan fronteras: una propuesta desde la biblioteca Ana Valdés y Virtudes Micó, Bibliotecas Públicas Municipales, Villena.

Viernes 12 de julio  
9:00-10:00 Más allá del arco iris: la presencia de la diversidad afectivo-sexual en los álbumes ilustrados Guillermo Soler IES. Severo Ochoa Elche. 
10:00-12:00 "La literatura popular de tradición infantil como identidad y como integración". Pedro C. Cerrillo, CU Universidad Castilla-la Mancha 
12:00-13:00 Mesa redonda: “El papel de la literatura popular en la integración”. Pedro Cerrillo, Jaime Mas (Universidad de Alicante), Ramón F. Llorens, Arantxa Martín (Universidad de Alicante). 13:00-14:00 Evaluación y Conclusiones 

Entradas en Azul. Capitanes de plástico




Capitanes de plástico 
por Virtudes Ruiz Rico

Pilar Mateos y Antonio Tello (il.), Capitanes de plástico, SM
  
Capitanes de plástico está dividida en dos historias diferentes: una primera homónima y otra, más larga, titulada ¿Chico o chica?
 
En el primer relato Pilar Mateos usa la tipografía de una manera tan inteligente como creativa para diferenciar, por un lado, la desesperada situación del Capitán Ernest, militar abandonado en la Colina de los Diamantes a merced de las tropas enemigas y, por otro, para narrar una tarde en la vida de Ernesto, el niño que imagina toda la historia anterior. Así, los dos relatos se alternan creando una original narración simultánea: la queja de su hermano porque Ernesto le ha perdido su álbum de sellos se convierte en la traición de su teniente, la regañina del portero por jugar con el ascensor resulta una amenaza a punta de pistola por parte de un soldado enemigo, y la buena noticia que cuenta su madre a la hora de la cena es una cantimplora de agua fresca lanzada en el último minuto desde la ambulancia.
Tanto los miembros de la familia, como las situaciones anodinas o cotidianas de la vida de Ernesto, tienen un reverso alternativo que demuestra su poderosa imaginación. Aunque, en realidad, sólo es un chico de unos ocho o nueve años como cualquier otro: se aburre comiendo, se pelea y reconcilia con su hermano continuamente, teme las riñas de los adultos y ansía la vuelta de su padre al hogar.
Al final, ambas historias confluyen cuando tanto Ernesto como su álter ego notan, en mitad de la noche y tras ser arropados por la mamá-enfermera, cómo su padre le besa en la frente al volver de trabajar.

Completamente diferente es el segundo cuento, más tradicional tanto en la forma (que sigue el conocido esquema de presentación, planteamiento del problema, desarrollo y solución) como en el contenido, pero entretenido y muy cercano a su público. ¿Chico o chica? cuenta en primera persona la historia de una pandilla de amigos que deciden construir una caseta para tener un lugar propio donde reunirse. Pero, tanto el pequeño narrador como sus amigos Jaime y Olalla, empiezan a inquietarse el día en que aparecen huellas que demuestran que alguien ha descubierto su caseta y la está usando como refugio. ¿Serán sus contrarios de la banda del Aguilucho? ¿Un ladrón? ¿Un vagabundo? Ni siquiera saben, como siempre se encarga Olalla de recordar (en un guiño a la coeducación), si es un chico o una chica.
Durante una larga semana de verano buscarán pistas a este misterio hasta que, la noche de la fiesta del pueblo, acuden muertos de miedo a la caseta. Será entonces cuando descubran que quien toca la armónica en su cabaña no es más que el padre de Jaime que, de pequeño, quería ser vagabundo.

En principio, parece evidente que la historia más relevante y trabajada es Capitanes de Plástico, cuya creativa forma de introducir una doble perspectiva (siendo además una real y otra ficticia) le valió el premio Lazarillo. No vamos a negar que este cuento resulta sorprendente por su enfoque, pero tiene algunas virtudes más como son la habilidad para contar lo que sucede de verdad usando sólo diálogos donde ni siquiera es necesario especificar quién habla, o su contraste con la secuencia narrada en tercera persona que tiene lugar en la mente de Ernesto. A ello hay que sumar la combinación de un lenguaje coloquial que retrata perfectamente las características de los personajes, con un otro más formal, de tono épico, adaptado a los angustiosos sucesos de la aventura bélica.
Sin embargo, en los dos cuentos encontramos características propias de Pilar Mateos que nos permiten observar semejanzas que justifican su publicación conjunta. La expresividad del lenguaje, que recrea con gran acierto el habla de los niños, es una de las más comentadas, consiguiendo la identificación casi inmediata con la audiencia infantil a la que se dirige el libro. Pero también ayudan los problemas del día a día que tienen los protagonistas (como, por ejemplo en ¿Chico o chica?, la muerte del jilguero), perfectamente posibles para muchos niños y niñas de nueve años. Y es que los temas que elige esta autora, incluso cuando los protagonistas son seres fantásticos (como La Bruja Mon o El fantasma en calcetines) andan completamente pegados a la realidad.
Igualmente sucede con las ilustraciones de Antonio Tello, que representan exactamente lo que sucede en los cuentos con fidelidad y realismo, y dejando sólo como licencias artísticas la esquematización y rigidez de árboles y plantas.

Aún así, Mateos no excluye los elementos complicados o tristes de la vida. En otros casos (Jeruso quiere ser gente, Historias de ninguno) recurre a personajes marginados, huérfanos o diferentes para denunciar con mucha sutileza las injusticias cotidianas. Pero en estas dos historias hallaremos, de forma casi imperceptible pero como elemento vertebrador, la crítica hacia los padres distantes de sus hijos. Sea esta distancia física como en Capitanes de Plástico o bien psicológica como se intuye en ¿Chico o chica? se trata de un asunto fundamental para la resolución de las dos historias.
El tema de las relaciones entre generaciones (padres e hijos, o abuelos y nietos) es básico en la literatura infantil y la manera de abordarlo es tan variada como numerosos son los ejemplos que se pueden encontrar. Es, además, una cuestión vital para el desarrollo del niño como se demuestra desde la psicología y, como elemento cultural, también es proclive a cambios más o menos pronunciados. Por ello, resulta interesante observar cómo en estas historias aparecen dos tipos de padres propios del momento (principios de los ochenta) en que se escribieron. El primero, aunque afectuoso, apenas puede pasar tiempo con sus hijos por tener que cumplir un interminable horario laboral que incluye viajes y desplazamientos. En aquellos años era típico que este papel lo cumpliera el padre, dejando a la madre en casa como casi única responsable de la crianza. Pero también se daba una figura de padre algo continuista con la de generaciones anteriores: un padre serio, de gesto seco, al que respetar y temer. Este podría ser el padre de Jaime en la historia de la pandilla de amigos. Una sombra siempre presente con la función de reprimir y prohibir, como describen los comentarios de los niños que salpican todo el relato con la sutileza que comentábamos: “…no oímos venir al padre de Jaime y de repente vimos aquella horrible cara y esa voz de trueno que rugía…” “ya verás tu padre cuando te vea con una navaja”, “a Jaime su padre no le da permiso para nada”, etc.

Por tanto, los dos cuentos reúnen, pese a su diferente enfoque, estructura y recursos, un elemento común que conecta con los intereses del público infantil: la crítica a los padres que por falta de tiempo o de sensibilidad no son el verdadero apoyo que sus hijos necesitan. Así, la escritora pone por escrito un tema que quizá los niños de esta edad solo sabrán identificar si se reconocen en los personajes, y resuelve ambos casos con un final feliz y tranquilizador: al final, el padre ya no tiene que pasar tantos días fuera de casa, o bien comprende que él también tuvo las ideas y sueños de su hijo y decide darle más libertad.

Entradas en Azul. Tras, tras, cucutrás

Tras, tras cucutrás
por Virtudes Ruiz Rico 

Juan Clemente y Aitana Carrasco (il.), Tras, tras, cucutrás, Kalandraka

Un libro de poesía infantil que lleva el juego con el lenguaje al máximo y ofrece grandes posibilidades de trabajo en el aula.
Al ir leyendo esta cuidada edición, lo primero que llama la atención son sus ilustraciones, obras de Aitana Carrasco, a medio camino entre el grabado del XIX y el surrealismo: caracoles que se columpian, brevas y huevos con patas, trenes voladores con cabeza y patas de saltamontes… imágenes poderosas y extrañas que estimulan la imaginación y sorprenden mucho. Para compensar todo este exceso, las poesías se presentan siempre cuidadosamente colocadas en la página contigua, con una tipografía muy clara aunque no del todo infantil.
Respecto a los temas tratados por el texto podemos distinguir, por una parte, un conjunto de poesías nonsense, destacadas sobre todo en la forma: rimas, aliteraciones, ritmo y musicalidad son los elementos principales de Paparruchas, Tiquismiquis, Serpentina con alas, Anagramas, etc.
Otras, manteniendo siempre esa importancia de la forma, narran una historia o describen a un personaje. Pero la intención principal del autor parece haber sido la de apoyarse en el folclore y la tradición oral (canciones infantiles, personajes de cuentos o series, juegos tradicionales de calle, trabalenguas…) para darle un nuevo aire. Por ello encontramos nuevas maneras de abordar la historia de Mambrú, la Vaca Lechera, la Pantera Rosa, el perro de San Roque, Teresa la Marquesa, Pinocho… y encontramos referencias también en Los Gallos juegan al mus, Al volver de Sevilla, Escarabajo Caraarriba, Hijas Botijas…
De esta manera, las posibilidades de trabajo en el aula con el libro se amplían porque, tanto si queremos simplemente estimular el disfrute del texto literario oyendo la cadencia rítmica de los versos, o nuestra intención es algo más compleja, al promover la imitación y producción de versos entre los alumnos, el universo fantástico y disparatado que recrea la obra es un punto de partida idóneo.
Y, por supuesto, supone una alternativa actual, válida y cercana, frente a otros autores más clásicos, que cumple sobradamente con el objetivo de introducir a los niños en el texto poético.

Entradas en Azul. Libro de las M'Alicias

Libro de las M'Alicias
por Marta Peña Zurdo

Miquel Obiols y Miguel Calatayud (il.), Libro de las M'Alicias, Kalandraka

Al abrir la portada, nos encontramos con 34 páginas repletas de humor y
sinsentido que nos transportan a un mundo no muy lejano, donde los niños muestran
claramente su descontento por el mundo de los adultos.
A Miquel Obiols (o leuqiM sloibO)se le considera un escritor experimental que presenta una brillante singularidad en sus textos. Miguel Calatayud está considerado como
uno de los percusores de la Nueva Escuela Valenciana por sus ilustraciones atrevidas y elegantes.
Libro de las M’Alicias narra la historia de una Alicia contemporánea, cansada
de mundo de los adultos y todo lo que él representa. De la misma manera que en la obra
de Carrol, nos encontramos ante situaciones delirantes y sin sentido, repletas de humor
que representan las fantasías que una niña inventa para evadirse del mundo real.
Sabiamente, Obiols ha introducido metáforas muy significativas para criticar la
sociedad actual, como por ejemplo, el televisor que fuma (dejando entrever la cantidad
de programas basura que emiten diariamente), el momento en que Alicia guarda a sus
padres en el armario (representando el control desmesurado que hoy en día ejercen los
adultos sobre los niños) o la indecisión de la niña al buscar en la nevera algo para
ponerse, (representado la preocupación adolescente sobre la imagen exterior).
Si comparamos la obra de Carrol con la creada por Obiols, encontramos
similitudes más que evidentes: la alocada merienda, la Reina de Corazones, los relojes
con su constante tic tac o el conejo blanco.
En mi opinión, la edad más recomendable para trabajar este libro, es a partir de
los 12 años. En esta etapa educativa, los alumnos ya son lo suficientemente maduros
para poder sacarle todo el partido a las metáforas y a las ilustraciones. Claro está que, en
el momento de proponer esta lectura, habría que tener en cuenta el nivel de desarrollo
que presentan los alumnos del grupo en cuestión y valorar si es el adecuado para la tarea
o si quizá, deberíamos esperar un poco más.
Anteriormente hemos mencionado a Miguel Calatayud pero no se ha comentado
nada sobre las ilustraciones y considero que merecen un apartado. Las imágenes, no
sólo acompañan al texto, sino que también nos ayudan a formarnos una idea de aquello
que pretende transmitir Obiols. Las ilustraciones son diferentes de las que normalmente
encontramos en las obras de literatura infantil, son dibujos llenos de color, expresividad
y movimiento. Tienen un aire propio del Cubismo, muy típico y reconocible en Calatayud, lo que provoca que las imágenessean demasiado geométricas, demasiado definidas y en ocasiones sin sentido lógico.
El libro es altamente recomendable para quien quiera pasar un buen rato evadiéndose de la vida real. Está escrito en clave de crítica social,con picardía y mucho, mucho humor, y esto,... es lo que de verdad hace falta.